Parece que eres un perfeccionista, como yo.
Cuando mi crítico interno se mete en una pelea de gritos con la razón, y las dudas comienzan a rebosar sobre la realidad, me esfuerzo por mantenerme bajo control. Hago eso con esta serie de preguntas:
- ¿Son mis pensamientos fácticos, o son mis interpretaciones?
- ¿Estoy saltando a conclusiones negativas?
- ¿Es esta situación tan mala como la que estoy haciendo?
- ¿Qué es lo peor que podría pasar? ¿Qué tan probable es que eso suceda?
- ¿Esto importará en cinco años? En los momentos cruciales de mi vida (léase: mudarse al extranjero o al parto), ¿importará realmente este momento?
Al final, o bien he olvidado lo que comenzó mi funk o me di cuenta de que estaba creando falsedades elaboradas en mi mente mientras esperaba la validación. Como perfeccionistas, tenemos una tendencia a desempeñar el papel protagónico en innumerables sagas con dudas y confundir cumplidos por fuentes auténticas y profundas de autoestima y paz interior. Esta prueba de realidad a la vez nos hace responsables de nuestra propia tranquilidad y menos dependiente de otros para un refuerzo positivo.
Como cualquier cambio, dominar las tendencias perfeccionistas requiere un autoexamen y confianza. También exige que no te tomes demasiado en serio ni te castigues si te encuentras con un tramo en la carretera sin avanzar. Cuídese en el proceso y sepa que la única persona que le impide emular y adoptar el comportamiento de almirante es usted.
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Espero que esto ayude.
Fuente -: perfeccionismo