No sentirías ninguna simpatía por un asesino porque la simpatía en tal situación es irrelevante. Es la empatía lo que se requiere.
Tomemos el ejemplo citado por usted en su descripción,
El asesino de niños.
Lo desprecias. Probablemente incluso has llegado al punto de decidir que lo odias.
- ¿Qué influye en alguien que está en paz con / aceptando ‘transmitir’, en comparación con aquellos que se sienten abatidos / negando su muerte inminente?
- ¿Se pueden falsificar las ideas de Jung sobre los ‘arquetipos universales’?
- ¿Los sádicos o masoquistas tienen ciertos problemas?
- Cómo engañar a mi cerebro para que piense más positivamente.
- ¿Es el amor espiritual o material?
¿Pero crees que nació así? ¿Matar niños?
La mente de un niño no se llama ‘ Tabula Rasa’ para nada. Nos convertimos en las personas que crecemos para ser.
Tienes suerte de tener:
- Una familia sana.
- Comida en tu plato a la hora de la comida.
- Personas a las que puedes llamar amigos.
- Horarios de la escuela y la universidad para mostrar como ‘Educación’
- Finanzas para conseguir lo anterior.
No diría que no hay personas que lo hayan hecho contra todo pronóstico, pero también hay personas como Poor Leo. Las personas que no reciben lo necesario, “Vamos, pueden hacerlo” de la sociedad.
Es bastante habitual observar que, en muchos casos, los abusadores de niños han sido abusados en su infancia.
Entonces, las personas se sienten mal no por los asesinatos que cometieron, sino por la vida que llevaron, lo que las convirtió en las personas en las que se han convertido.
Como ellos dicen,
Odia el pecado, no el pecador.
Espero que esto sea relevante. 🙂