En términos psiquiátricos, de acuerdo con el DSM-IV-TR (solo podría acceder a este por ahora), si esa creencia en la magia se sostiene sin evidencia de que sea real y si es persistente, se considera un engaño. Para un diagnóstico de trastorno delirante, las características de la esquizofrenia deben estar ausentes. Además, la creencia en sí misma no debe ser el resultado de un factor orgánico como las convulsiones cerebrales, la psicosis grave o las drogas.
Tenga en cuenta que tal creencia mágica podría describirse como un pensamiento extraño y que sería parte de un grupo de trastornos de personalidad de tipo A junto con síntomas esquizofrénicos de tipo psicótico (“pensamiento mágico”). Si la persona trata de practicar la magia, esa es una historia diferente. Si dicha práctica es compartida por otros miembros de un grupo común como la Wicca, esto podría ser parte de un rito cultural incrustado en la naturaleza religiosa. Así que todos los miembros podrían compartir algún aspecto de su práctica que podría no ser delirante.
Por último, los delirios característicos del trastorno delirante son de larga data y persisten hasta varios años. Espero que esto ayude.
Fuente: Barlow et al., Psicología anormal: un enfoque integrador , 3ª edición canadiense, Toronto, 2012, p.
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