¿Las personas tienden a identificarse como “normales” u “normales”?

Probablemente depende de qué ángulo ven la pregunta. Desde mi propia perspectiva, abrazar mi propia mediocridad es uno de los desafíos más difíciles que he encontrado. Es así en la meditación cuando el meditador se pierde a sí mismo por el placer de meditar (al creer que ha hecho algo extraordinario y digno de elogio, que lo saca de la conciencia por la que cree que debe ser elogiado). Del mismo modo, creo que es natural que te veas como un valor atípico estadístico, incluso si no lo eres. De lo contrario, para usar un ejemplo sencillo, todos caminaríamos por el pasillo sabiendo que hay un 50% de probabilidades de que nuestro matrimonio sea exitoso (en el sentido de que no romperemos nuestros votos de una manera u otra). Quizás sea esta falsa sensación de superioridad (o sentirse especial) lo que nos impulsa a avanzar, nos guste creerlo o no. Sin embargo, creo que la verdadera compasión viene de darse cuenta de que todos somos iguales, en el sentido de que todos sufrimos y buscamos la felicidad. De esta manera, nadie es mejor ni superior. De esta manera podemos ver que realmente somos todos “normales”