No soy un terapeuta, sino un paciente, así que este es mi consejo.
He estado con mi terapeuta durante casi 8 años. Ella me conoce muy bien. Confío en ella implícitamente.
Nos hemos abrazado dos veces. Una vez, cuando ella se fue para continuar con la educación y no nos vimos por un tiempo, y una vez cuando fui devastada por mi divorcio. Fue breve y los dos queríamos conectarnos de esa manera.
Lo que quiero enfatizar es lo que otras personas han estado diciendo. Debes hablar con tu terapeuta. Por mucho que apeste y por duro que sea, ser honesto con mi terapeuta me ha llevado a muchos avances.
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Una vez tuve un sueño sexual con mi terapeuta. Tuve el sueño de que ella me atara a una silla y realizaba peligrosos experimentos sin mi consentimiento. Ella ha dicho cosas que me enojaron. Una vez intentó acercarse físicamente a mí por una razón terapéutica, y yo estaba terriblemente incómoda.
Pero cada vez, la chupé y la confronté. He sido sincero con ella incluso cuando quise morir antes de admitir los sueños. La confronté con mis límites. Le he dicho que no quiero ser un conejillo de indias por sus métodos. Le dije que parece que me obliga a hacer cosas. Le he dicho literalmente cada vez que algo estaba mal o era problemático. (No ha sido mucho, pero a lo largo de estos años y con la transferencia y esas cosas, las cosas surgen).
Nunca UNA vez ha sido tan rara al respecto o me ha hecho sentir incómoda por reprenderla, cuestionarla o criticarla. Ella es una verdadera profesional. Como muchos han dicho, deberías hablarlo con tu terapeuta. Una buena no pestañeará. Ellos querrán discutirlo contigo. Quieren validar cualquier cosa que te haga sentir incómodo. Cuando la proximidad a mi terapeuta me incomodaba, se disculpó y hablamos de ello. Ella estaba realmente contenta de que lo estuviera compartiendo con ella. Esto me llevó a un verdadero avance y ella incluso admitió que no siempre fue tan buena aplicando nuevas técnicas. Se disculpó por ser torpe con algo que pensó que ayudaría.
Entonces, por favor, hable con su terapeuta, a pesar de que puede sentirse mal, un buen terapeuta lo hará sentir increíble al final de la sesión. Si ella es rara o no quiere hablar, entonces no es una cuidadora.
¡Buena suerte!