Psicología de la vida cotidiana: ¿por qué las personas tienen dificultades para aceptar que su religión es un concepto obsoleto?

Tres razones:

1. Muchos piensan que su religión no es en absoluto anticuada. Siguen cuestionando su propia opinión de vez en cuando, pero siguen llegando a las mismas conclusiones, por lo que, para ese tipo de personas, su pregunta parece estar basada en un supuesto. Deberán responder a tal pregunta diciendo: “Su pregunta parece similar a otra pregunta como, ¿por qué la tercera ley del movimiento de Newton no se convirtió en un concepto obsoleto a estas alturas?”.

2. Muchos ni siquiera creen que la lógica sea una herramienta valiosa al tratar de entender los conceptos de creación, Dios, religión, etc. Por lo tanto, para ellos nada podría reemplazar a la religión, y aun si está desactualizado, sigue siendo el mejor sistema. Por lo tanto, comienzan a hablar del bien que proporciona su religión (esperanza, etc.), cuando se les pide que respondan acerca de los males en las religiones.

3. Muchos piensan que, a pesar de que la religión está desactualizada y la presencia de mejores soluciones, no será apropiado que dejen nuestros conceptos y dejen que otros sigan los suyos. Es saber el mal pero aun así seguirlo. ¡Al igual que el apoyo que cualquier ciudadano de un país con armas nucleares brinda a la reserva de bombas nucleares de su país! Saben que está mal, pero aún lo apoyan, porque perciben algunos conflictos.

Gracias por la A2A.

Espero eso ayude.

La pregunta original es:

Psicología de la vida cotidiana: ¿por qué las personas tienen dificultades para aceptar que su religión es un concepto obsoleto?

Quiero decir que la gente no tiene ningún problema en aceptar que un televisor en blanco y negro, escribir cartas a sus seres queridos, telegramas (no la aplicación) estén desactualizados. La gente incluso se ríe de otros que usan ropa que estaba de moda hace 20 años. ¿Por qué la religión que tiene miles de años no está desactualizada? ¡Esto me desconcierta!

Responder:

La gente cree que, si bien la ciencia intenta decirnos el “cómo” del universo, la religión sola nos puede decir el “por qué”. Las últimas investigaciones en neurociencia atestiguan el hecho de que la necesidad de la idea de Dios (en otras palabras, la compulsión por la idea de la verdad última en el caso de científicos, filósofos, agnósticos y ateos) está incorporada en nuestro cerebro. Dicho de esta manera, la religión en el sentido popular o como se llame en sentido racional, debería dejar de desconcertarte.