Parece muy improbable, dado que tantas condiciones preexistentes pueden causar el pensamiento excesivo. Por ejemplo, si solo un tema o idea es el único objetivo de todo pensamiento (como podría experimentarse con algunos individuos autistas), la obsesión parece improductiva, pero de hecho, puede servir como un “escondite” para una mente que está demasiado abrumado por los estímulos externos estándar. De modo que la conducta adaptativa puede, de hecho, servir como mecanismo de protección en el trastorno autista y no existir como un trastorno mental.
De manera similar, los niños pueden escapar de la adversidad y el abuso creando una “realidad” alternativa en la que están seguros y reciben consuelo de amigos imaginarios; o pueden imaginar que poseen poderes sobrehumanos que sirven para contrarrestar los sentimientos de miedo e impotencia. Solo en las circunstancias más duras, la mente finalmente se disociará / “romperá” de la realidad. En este nivel de protección, la mente crea personalidades divididas o múltiples en las que el miedo intenso y la rabia que abruman al “yo” se escinden de la conciencia consciente de la personalidad / ego central. Pero esta adaptación extrema no es el resultado de un pensamiento excesivo, es una herramienta de supervivencia para proteger al “yo” central de la aniquilación psíquica.