En resumen, la memoria de trabajo se relaciona con un sistema que retiene o manipula temporalmente la información que acabamos de experimentar o recuperar de la memoria a largo plazo (Baddeley, 2012). El concepto WM se desarrolló a partir de uno anterior llamado memoria a corto plazo; Ambos términos todavía se usan indistintamente. Según lo expuesto por Baddeley (2012), la memoria a corto plazo se usa a menudo en relación con su significado literal: tener en mente una cantidad limitada de información durante un corto período de tiempo. En contraste, la memoria de trabajo no solo se refiere al almacenamiento de información, sino también a la manipulación de esta información. En más detalle, analizamos WM en nuestro blog: su relación con la inteligencia también se centra en el respaldo neurocognitivo de WM.
Inteligencia = ¿Memoria de trabajo?
Por otro lado, en los modelos de memoria de trabajo basados en estado, se asume que la asignación de atención a diferentes representaciones en la memoria a largo plazo (ya sea semántica, sensorial o motora) rige la retención temporal en la memoria de trabajo. El más conocido entre estos modelos es el modelo de procesos integrados de Cowan en el que la memoria de trabajo se define como una condición cognitiva que retiene información en un estado accesible (Cowan et al., 2005). La activación ocurre en la memoria a largo plazo, es temporal y se desvanece a menos que sea mantenida por un ensayo verbal o una atención continua. En el núcleo de este nuevo marco teórico se encuentran dos constructos: el enfoque de la atención y su capacidad: el alcance de la atención (Cowan et al., 2005). Se supone que un proceso de arriba hacia abajo involucra a las partes frontales del cerebro que activan la memoria real en las áreas cerebrales posteriores.
En este momento hay una controversia entre dos modelos neurocognitivos que explican los límites de capacidad de la memoria de trabajo visual (ver D’Esposito y Postle, 2015 doi 10.1146 / annurev-psych-010814-015031): (1) el modelo de espacios discretos, que sugiere que la capacidad de la memoria de trabajo está limitada por un número máximo de ranuras, cada una de las cuales almacena una representación de objeto (para una revisión, consulte Luck y Vogel, 2013). En contraste, el modelo de recurso único continuo asume que la capacidad de memoria de trabajo es un recurso flexible que se puede distribuir entre todos los elementos en la información sensorial (para una revisión, véase Ma et al., 2014). Desde una perspectiva neurocognitiva, los modelos de ranura predecirían que un aumento en el número de elementos de entrada sensorial daría lugar a que la actividad cerebral aumentara a una meseta cuando se alcanzara la capacidad máxima. En contraste, para los modelos de recursos continuos, la cantidad de elementos en la información sensorial no influye en los recursos cerebrales comprometidos. La misma cantidad de recursos se dedica a un elemento o se divide entre varios elementos de entrada (Luck y Vogel, 2013; Ma et al., 2014). Por lo tanto, podría usar una tarea de comparación de arreglos visuales (por ejemplo, Luck y Vogel, 1997) con una complejidad creciente y comparar los datos de ERP o ERD / ERS. Mas en:
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