Dios está conectado a todo en todas partes y en todo momento. Sabe que presencia cada reacción química, cada fluctuación de partículas subatómicas en cada rincón del universo. Ve y conoce el paradero de cada elemento en cada estrella, sigue, o más bien evita los movimientos de cada fotón en cada rincón del universo. Él supervisa cada célula en cada organismo vivo, incluso aquellos que aún no han sido descubiertos. Él conoce los rincones del universo que nunca veremos. Él conoce elementos que nunca podríamos descubrir. Él sabe cosas que nunca entenderemos. Él sabe que el pasado siempre hubo un tiempo y el futuro mucho después de ese tiempo cesará. Dios sabe todo. Él no solo sabe todo, Él es la causa, la fuente de toda la existencia.
“¡Oh Señor, me has buscado y conocido! Ya sabes cuando me siento y me levanto. ¡Distingue mis pensamientos desde lejos! ”- Salmos 139: 2
Sí, Dios conoce tus pensamientos así como los pensamientos de cada ser humano, y es algo bueno. No hay absolutamente nada que esté oculto de él.