No, no es posible y he aquí por qué:
En la cultura popular de hoy, definen el éxito como un punto final, algo tangible que se puede tocar o ver. Sin embargo, al hablar con muchas personas exitosas, he llegado a descubrir que el verdadero éxito no es el verdadero logro en sí, sino el camino que uno debe alcanzar.
En el camino hacia el éxito, donde comenzamos con un objetivo en mente, a menudo tememos el viaje. Tememos las noches tardías: quemar el aceite de medianoche, los sacrificios que tenemos que hacer día tras día, las muchas veces que nos caemos y tenemos que levantarnos, las gratificaciones retrasadas que tenemos que sufrir. Esto se debe a que nos enfocamos tanto en el destino que no reconocemos las alegrías de El Proceso. A menudo, no es hasta el final donde nos sentamos y pensamos en lo que costó llegar a nuestro destino que nos damos cuenta de que aquí es donde se encuentra la sustancia.
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