La mayoría de los adultos mayores con Alzheimer y Parkinson son muy sensibles al calor y al frío. Las neuronas que responden al frío y al estímulo de calor son menos con enfermedades neurológicas.
Estas mismas neuronas sensibles al frío también funcionan como mecanosensores para el tacto, revelando que ellas, así como los canales TRP identificados en este estudio, son multimodales y plantean la cuestión de cómo las neuronas y los canales iónicos distinguen entre estímulos inofensivos y dañinos para dirigir conductas específicas. respuestas Mediante el uso de sofisticados ensayos ópticos de activación neural mediante estímulos táctiles frente al frío, los investigadores demuestran que estas neuronas sensoriales tienen umbrales de activación diferentes, y que el tacto tiene un umbral bajo y el frío tiene un umbral alto, que en última instancia determina la respuesta conductual adecuada.
La mosca de la fruta, Drosophila melanogaster, puede ayudar a los humanos a investigar las bases genéticas y neuronales de la detección de estímulos fríos dolorosos o dañinos. La imagen de http://NeuroscienceNews.com está acreditada a Atit A. Patel y Daniel N. Cox de la Universidad Estatal de Georgia.
“Este nuevo modelo sienta las bases para descubrir un control molecular de la nocicepción conservado evolutivamente”, dijo Cox. “También proporciona una potente plataforma genética para desentrañar los circuitos neuronales y los mecanismos moleculares que integran la información sensorial multimodal para producir comportamientos específicos en respuesta a diversos estímulos ambientales”
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Las moscas de la fruta proporcionan información sobre cómo el cuerpo responde a los estímulos fríos o nocivos