Cualquier estímulo visual que experimentemos como positivo es simplemente “hermoso”.
La razón por la que experimentamos algunas cosas de manera positiva es porque nuestros cerebros piensan que son buenos para nosotros, desde la perspectiva de la evolución. Nos gustan las cosas que brillan, por ejemplo, porque nos recuerdan a nuestros cerebros el movimiento de agua, lo cual es bueno para nosotros, por muchas razones obvias.
Algunas personas son hermosas porque indican que son sanas y fértiles, por razones obvias, y nuestros cerebros detectan esas señales. Hay marcadores hormonales en hombres y mujeres, como la forma de nuestros labios y mandíbulas, etc., y estamos preparados para reaccionar positivamente a esos marcadores. Aquellos con fuertes tales marcadores son considerados más hermosos.
Pero la forma en que una obra de arte es hermosa es diferente, porque podría haber más de un proceso de pensamiento involucrado. Algunas piezas de arte simplemente le recuerdan al cerebro cosas buenas, como el calor y el hogar, el agua y la luz solar, etc. Otros te recuerdan cosas más personales, como tus padres y demás, por lo que son muy hermosas subjetivamente. Otros requieren que entiendas la “belleza” del mensaje o el concepto subyacente del arte, como las perspectivas históricas y el sacrificio personal.
La razón por la que nuestros cerebros recompensan estas cosas es para controlar nuestro comportamiento, para motivarnos a tomar los tipos de acciones que promueven nuestra vida / evolución.
Como indiqué anteriormente, se trata de lo que el cerebro “piensa”. A menudo puede cometer errores, como cuando identifica cristales como gotas de agua porque los cristales no son comunes para nosotros. Es como si una polilla se sintiera atraída por una llama, porque piensa que es la luna. En general, el sistema funciona, incluso si a veces comete errores.
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