En mi experiencia:
1. Falta de preocupación sobre cómo me ven. Percibible como la audacia, una cantidad inusual de confianza ‘tranquila’ o imprudencia. Esto me permite hacer buenas presentaciones, por ejemplo, porque los ojos de los demás no me encadenan. La desventaja de esto es que la imprudencia me hace un imbécil, a veces, y también la falta de preocupación por cómo me ven, se extiende a la falta de preocupación por cualquier cosa, es decir. apatía – no es una buena cosa
2. Comprensión de alto nivel de temas que me interesan. Aunque la anhedonia, que es la principal característica de la depresión, me quita el placer y deja sin sentido la vida, hay casos en los que puedo obsesionarme con algo porque es estimulante y no hay nada más que compita por ello.
3. Un interés obsesivo en los estimulantes. El ejercicio es un ejemplo. De manera similar a lo que dije anteriormente, el ejercicio ha “captado” mi interés y he llegado al punto en que tengo un paquete de 6. Sin embargo, esto no resuelve el problema subyacente y, aunque es difícil para los demás, me resultó fácil porque nada más tenía mi interés. Sin embargo, este interés obsesivo puede deteriorarse y puedo convertirme en un vago perezoso cuando el estimulante deja de ser estimulante.
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4. Estar “bien” por mí mismo. Entonces, si alguna vez me pusieran en régimen de aislamiento, no me parecería severo.