Porque las enfermedades mentales tienden a ser bastante estigmatizadas en nuestra cultura. La gente a veces se siente incómoda o avergonzada de pedir ayuda. Esto se debe en parte al hecho de que tratamos las enfermedades mentales de manera muy diferente, si alguien tiene gripe, entendemos que necesitan descanso y algunos medicamentos para mejorar. No les decimos ‘oh, todo está en tu cabeza’ o ‘¡solo intenta cambiar tu perspectiva!’ Porque entendemos que no es así como funciona la gripe. Muchas personas no entienden que la depresión también es una enfermedad. Se puede ayudar con terapia, medicamentos, cambios en la dieta, ejercicio y muchas otras cosas, pero en el fondo, sigue siendo una enfermedad que involucra una enfermedad física, solo en el cerebro y no en el resto del cuerpo.
Si alguien tiene depresión, ¡absolutamente debería hablar con su médico al respecto! La depresión se puede curar o, al menos, controlar, y hablar con un médico puede disminuir el sufrimiento bastante.