La vida no es una carrera a la cima de la pirámide de IQ. Eso es lo que hace la gente cuando no pueden descubrir quiénes son: se inscriben en la Gran Competencia y tratan de inflar sus egos para sentirse importantes, especiales y significativos.
Siempre, eventualmente, ese juego se queda sin rondas de bonificación y quedas desesperado. Algunas personas tienen que jugar múltiples formas de ese juego antes de que lo consigan, porque en realidad no están prestando atención a la lección que la vida está enseñando: la Gran Competencia es vacía y sin sentido. Eso nunca te dice quién eres, sin importar cuánto juegues o qué tan exitoso seas.
Si quiere saber quién es, quédese quieto y diga la verdad más profunda que pueda imaginar, sobre lo más valioso que la vida tiene para ofrecer, y luego comprométase a hacer más de eso. No es un campo competitivo, de hecho, te encontrarás preguntando dónde están los demás participantes, y probablemente tengas que animar a las personas a que se unan a ti en este juego.
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