La clave no es ser esclavo de las emociones. Sé consciente de los impulsos emocionales. No reaccionar Controla la reacción. Piensa en lo que está pasando. Procesa la emoción.
La mayoría de las personas reaccionan a cosas que suceden en tiempo real. La reacción se basa principalmente en cómo la persona está condicionada desde su punto de vista. El punto de vista es cómo interpretan el mundo que les rodea.
La mente es el sistema operativo. El teclado es como diriges la mente. El monitor es cómo reacciona el cuerpo.
Usaré la bandera confederada como ejemplo, ya que últimamente se ha convertido en un problema importante. El tema en cuestión desencadena profundos sentimientos emocionales en cómo la bandera confederada simboliza el odio. Piensa en cómo esa emoción negativa estaba condicionada en el individuo. De alguna manera, forma, o forma, la naturaleza simbólica de lo que la bandera representada fue aceptada por el individuo. Así, condiciona a la mente a comportarse de cierta manera.
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Cuando algo “malo” sucede, la respuesta inmediata del cuerpo es sentir una emoción incómoda. Si la persona no está consciente y “va con el flujo de las cosas”, el sentimiento desencadena una respuesta emocional que afecta la actitud de la persona para encajar dentro del contexto de su sistema de creencias.
Este sistema de creencias se basa en cómo una persona reconoce y adopta su perspectiva de poder superior. Este poder superior se forma dentro de la mente de cada persona por un paradigma aceptado de figuras paternas, títulos autoritarios, entidades institucionales, estructuras religiosas, posiciones militares, fundaciones educativas, referencias espirituales, etc.
La mayoría de las veces, una persona tiene una visión negativa porque ha adoptado una perspectiva de vida que gira en torno a la negatividad. Todo lo que ven es negativo. Todas las cosas son malas. Los encuentros de la vida se encuentran con pesimismo, paranoia, cinismo y las múltiples dimensiones de tener un síndrome de perspectivas “Debbie Downer”.
Esto puede sonar cursi. La forma más fácil de cambiar la perspectiva de una persona desde una visión negativa a una visión más positiva es llenar la mente diariamente el 80% del tiempo con información más positiva. Lea sobre titulares positivos. Aprender sobre rutinas positivas. Practica hábitos positivos. Habla de cosas positivas. Comparte la energía positiva. Piensa en soluciones. Detén el tren de pensamientos negativos. Algo así como alimentar los nutrientes ricos del suelo para que el árbol sea abundante.
Deja de quejarte. Resolver problemas. Enrich vive alrededor del mundo una persona a la vez.
En términos matemáticos, invierta al menos 19 horas de cada día en un estado de ánimo optimista. Al menos 8 horas se gasta en descansar. Invierta el saldo de 11 horas haciendo, actuando, pensando, respirando, mostrando, comportándose, compartiendo, creciendo, produciendo y liberando cosas positivas. De esta manera, en aproximadamente 2 semanas – 2 meses de comportamiento consistente, la perspectiva de las personas cambiará para ser más positiva para siempre.