Es una pregunta difícil, en realidad, porque depende de qué tipo de resultados deseas en tu vida.
Las personas que trabajan duro pero que no son inteligentes pueden disfrutar de los frutos de su trabajo, pero a costa de que generalmente no progresan, excepto por accidente.
Las personas que son inteligentes pero que no trabajan duro tienden a disfrutar de diversas actividades intelectuales, pero rápidamente se vuelven cínicas sobre la vida y otras personas y tienden a vagar sin rumbo a través de la vida.
Este tipo de pregunta siempre surge porque la gente quiere una respuesta definitiva sobre si puede trabajar realmente duro si no es inteligente y todavía “lo hace”, o si quiere justificar no trabajar duro porque ser inteligente es suficiente. Bueno, la premisa es mala en primer lugar, porque no es buena en ninguna circunstancia. Los idiotas que trabajan duro cometen errores realmente estúpidos todo el tiempo y terminan empeorando las cosas. Los gigantes intelectuales que no hacen nada no valen para nadie más que para sí mismos porque no pueden hacer nada. El valor real proviene de personas que son una combinación de ambos.
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Pero hay buenas noticias: se puede aprender tanto la inteligencia como la ética del trabajo duro. Una mentalidad de crecimiento adecuada es crucial para aprender ambos.