La gente lucha discutir; disputa; disputa común; cuernos de bloqueo discrepar. Es una de las formas más explícitas de interacción humana que nos muestra cuán diversos somos. El conocimiento común indica que las personas discuten debido a su diferencia de opiniones o pensamientos. Un argumento confuso se produce cuando una parte ve las opiniones de la otra como impertinentes. Sin embargo, uno siempre trata de salir de la discusión con sus egos descarados. Con el fin de proteger el ego, las personas tienden a tomar la ruta ofensiva que resulta en dañar el ego del oponente y el argumento se desvía del tema.
Los estudios de comunicación muestran que los argumentos se producen debido a una comunicación deficiente que, a su vez, es causada por una parte que escucha solo para responder en lugar de comprender. Esta declaración proporciona una respuesta genérica en cuanto a por qué surgen los argumentos. En una exploración más profunda, uno podría llegar a reconocer que pocos casos propensos a llevar a argumentos son:
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Algunas personas quieren mostrar que son “el jefe”. Síndrome del ego inflado.
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Algunos tienden a sentirse más emocionales. Algunos tienden a ser sensibles en algunas situaciones. Algunos tienden a parecer perpetuamente enojados / irritables, quienes necesitan un oído atento para aligerarse.
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A veces es solo para probar un punto.
Hay dos tipos principales de argumentos: 1) Argumento constructivo 2) Argumento destructivo.
1)
Argumentos constructivos: Bajo cualquier circunstancia, durante la discusión, la parte que muestra mejor restricción emocional tiene la ventaja. Si ambas partes involucradas muestran una restricción emocional, es decir, no dejen que sus emociones se desvíen del tema del argumento, entonces hay posibilidades de trascender el argumento hacia una discusión progresiva.
2)
Argumentos destructivos: Bajo cualquier circunstancia, durante el argumento, si cualquiera de las partes involucradas en el argumento deja que su emoción se recupere de sí misma, el argumento tiende a desviarse del tema original y también puede resultar en comentarios hirientes que conducen a un resentimiento no deseado .
Además, un argumento constructivo es cuando ambas partes luchan a través de sus diferencias para aceptar y unirse, mientras que un argumento destructivo es donde ambas o una de ellas querrían alejarse de la otra persona y provocar una disonancia.
Un argumento constructivo no necesariamente se resuelve de inmediato, pero es uno en el que las partes se dan cuenta de que necesitan calmarse y ser más receptivos con el otro. A veces, un descanso por unas horas pone las cosas en perspectiva. Esto está científicamente probado. La amígdala, una parte de nuestro cerebro que se acelera cuando estamos enojados, también nos hace sentir / pensar que nuestras opiniones no tienen defectos (por favor lea más sobre esto). Por lo tanto, es un buen hábito tomarse un tiempo libre y regresar para reconciliarse. En el centro del argumento, tendemos a sufrir temporalmente de disonancia cognitiva, un síndrome cuando nuestros pensamientos o código moral entran en conflicto por nuestras acciones y, por lo tanto, tendemos a sentirnos perturbados. Esta disonancia se puede poner en reposo solo después de que pensemos, racionalicemos la opinión de otros y la asimilemos en nuestras mentes.