¿Tienes que tener un ‘buen’ motivo ulterior para tener éxito?

No tu no Sin embargo, encontrarás que las motivaciones alutísticas son mucho MÁS saludables que las egoístas.

Por ejemplo, digamos que quiero subir en la escala corporativa. Aquí hay dos motivaciones simples:
1. Quiero ser rico y poderoso. Si este es su principal motivador, sus decisiones favorecerán a aquellas sobre lo que es mejor para otros o para la organización. Sus recompensas van a su cuenta bancaria en cada período de pago y usted se vuelve más y más paranoico de las personas que intentan quitarle o retrasarlo. Esto puede llevar a recortar esquinas, explotar a otros o al crimen de cuello blanco. ¿Cómo te sientes acerca de ti mismo? Te sientes como un gilipollas que hizo lo que tenía que hacer.

2. Quiero ayudar a otras personas a alcanzar su máximo potencial. Sus decisiones tenderán hacia lo que es mejor para el individuo y para el equipo. Tu recompensa está en todas partes y se sigue multiplicando. Sus equipos comienzan a alimentar su propio rendimiento. La necesidad de liderar con el ejemplo hace que su moralidad se cierre y sus decisiones sean transparentes. ¿Cómo te sientes acerca de ti mismo? Te sientes como el orgulloso padre de muchas personas.

Tu elección.

¡No! Si el éxito fuera medido y recompensado por motivos, seríamos una sociedad utópica. En todo caso, el motivo de la persona menos noble es que aumentan las posibilidades de éxito.

No. Uno puede tener éxito en algo malo siendo hábil.

Apoderarse del mundo.

Éxito en qué? ¿Ganar dinero? Si a eso te refieres, entonces no, no necesitas un “buen” motivo, solo necesitas una buena estrategia.