Bueno, resulta que soy una ‘ella’ pero tengo 51 años viviendo con el trastorno bipolar II.
¿Cómo hago frente a mi bipolar?
Un día a la vez.
Hacer frente a mi trastorno bipolar va más allá de cumplir con los medicamentos y la terapia.
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Aunque estoy bastante estable mentalmente, la vida sigue sucediendo: crisis inesperadas, decepciones en el romance y los sueños, problemas financieros y la simple frustración de vivir una vida mediocre.
Todos los días, la presión de estas cosas me hace querer cubrirme la cabeza con una manta y quedarme en la cama.
Pero yo no.
En cambio, me digo que es otro día .
Si jodí ayer, hoy me disculpo y trato de hacer las paces.
Si lo que he hecho es irreversible, fumo un cigarrillo, me pongo a prueba y sigo adelante.
Como todos los demás, me motivan las cosas que me dan placer y, afortunadamente para mí, puede ser algo tan simple como tener mi taza de café negro en mi taza de café de cerámica blanca favorita.
Pero a veces, llega un día en el que necesito correr a mi lugar seguro para descomprimir y reflexionar.
Mi lugar seguro es Montreal, donde estoy ahora. Pero tu lugar seguro puede estar en cualquier lugar, en la tierra o en tu mente, siempre y cuando el lugar en el que te encuentres relaje tu alma y revitalice tu creatividad.
Si pienso en tener que hacer frente a mi bipolar en términos de toda mi vida, sería demasiado abrumador y tiendo a desanimarme fácilmente.
Pero cuando lo desgloso en incrementos de 24 horas, como mínimo, puedo esperar volver a la cama por la noche y volver a intentarlo, al día siguiente.