La parte de tu vida que estás arruinando son las oportunidades creadas por personas que quieren ayudarte, social o profesionalmente. Mi padre a menudo dice: “no es lo que sabes, sino a quién conoces”. A medida que he madurado, he visto la sabiduría de ese consejo.
Tengo un grupo de amigos muy pequeño y cercano. Sin embargo, históricamente he rechazado oportunidades de redes y grandes reuniones, porque no entendí el punto. Temía las pequeñas charlas y evitaba “jugar” para salir adelante.
Al “ir solo por mi cuenta” constantemente, he perdido muchas oportunidades de capitalizar mis habilidades y talentos porque no tenía la red sólida de personas para abrir puertas y ayudarme a hacer conexiones importantes.
En retrospectiva, veo que la mayoría (no todas) de las personas que conozco con fuertes redes personales y sociales comenzaron muy jóvenes. Puede que ya seas demasiado viejo. En muchos casos, estas personas comenzaron con actividades grupales en la infancia, como scouting o deportes que los obligaban a interactuar y trabajar en equipo. Continuaron en la universidad con fraternidades y / u otras organizaciones de voluntarios. En muchos casos, estas personas conservan viejas amistades y utilizan ese impulso para reunir nuevos amigos y conocidos a medida que avanzan en la vida.
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Lo mejor de estas personas siempre te hace sentir bienvenido en su presencia, pero sabe dónde se encuentran sus oportunidades. Puede que no siempre estén disponibles, pero tampoco queman puentes.
A medida que maduras, es muy agradable saber a quién puedes llamar cuando necesitas una mano. Ya sea para obtener asientos preferidos o rastrear recursos escasos. Alguien que le dirá que está perdiendo el tiempo y le indicará una dirección más exitosa. Podría ser un trabajo, una inversión o cómo conocer a esa persona atractiva al otro lado de la sala. Saber que puede confiar en otra persona tiene un gran valor.
Estoy en mis cuarenta y estoy haciendo lo que puedo para recuperar el tiempo perdido. Llegarás a un punto en el que no podrás hacer todo por ti mismo. Finalmente, todos nuestros cuerpos fallan, experimentamos recesiones financieras o algo saldrá mal. Cuando llegue ese momento, un amigo será el mejor recurso para ayudar a recalibrar su brújula interna.