Cada vez que quieras cambiar algo, una mentalidad, una actitud o la forma en que vives tu vida, tienes que entender algunas cosas.
Primero, ¿qué es lo que quieres cambiar? A veces, esto puede ser un acto específico, una respuesta, un punto de vista, etc. Necesitamos profundizar y descubrir qué es lo que realmente se necesita cambiar.
Segundo, ¿por qué quieres cambiarlo? Nuestras mentes reaccionan y funcionan mejor cuando sabemos por qué estamos haciendo algo. Cuando sepamos cuáles serán los beneficios para nosotros, podemos concentrarnos y mantenernos comprometidos por un período de tiempo más prolongado.
Tercero, ¿qué pasos o cambios son necesarios para que el cambio sea exitoso? Muy raramente cambiamos una sola cosa cuando hacemos algún tipo de cambio significativo en nuestras vidas. Cambiamos algunas cosas, cada una diseñada para ayudar a que el cambio realmente suceda. por ejemplo, si deseamos perder peso, comeremos de manera diferente, haremos más ejercicio y beberemos más agua. Tres acciones que trabajan juntas para ayudar a crear un cambio más rápido.
- Siempre que recuerdo que las metas que quiero lograr requieren tiempo y paciencia, dejo de trabajar en ellas; ¿Cómo puedo superar esto?
- Si no salgo pronto de la casa de mis padres, podría hacer algo loco. ¿Cómo puedo moderar esta ira y concentrarme en mis objetivos?
- ¿Qué debo hacer para centrarme en mi objetivo?
- Tengo problemas para mantenerme motivado. ¿Cómo cambio eso?
- ¿Cómo te preparaste para una maratón cambiar tu vida?
Cuarto, ¿cómo podemos hacer estos cambios? El cambio funciona mucho mejor cuando tenemos un plan para avanzar. Las cosas irán incluso más rápido cuando establezcamos marcos de tiempo alcanzables para cada elemento de acción. Las fechas nos ayudan a obtener y mantenernos motivados por períodos más largos de tiempo. También nos permiten mostrar el progreso.
Quinto, cambie su entorno para ayudar a apoyar su cambio. Si hay personas o circunstancias negativas en tu vida que se interpongan en tu forma de hacer que ocurra el cambio, elimínalos o aléjate de ellos. No confíes en la fuerza de voluntad porque la fuerza de voluntad es un mito. Para que algo cambie, tienes que cambiar lo que causó que lo hicieras en primer lugar.
Por último, pero no menos importante, no tenga miedo de pedir ayuda o solicitar asesoramiento. A veces, otro par de ojos y oídos puede darte ideas que podrías haberte perdido totalmente. Date un tiempo para completar el cambio también. Se tomó un tiempo crear una mentalidad o un hábito, así que tiene sentido que también lleve tiempo cambiar.
David Peters
El Instituto de Formación de Servicio al Cliente