“¿Cómo puedes aplicar buenas ideas útiles en tu vida real?”
Esta es una pregunta interesante, que hace algunas suposiciones.
Estoy especulando que hay algunas premisas dentro de la pregunta.
Una premisa es: Las ideas buenas y útiles se relacionan con mis circunstancias personales.
Otra premisa es: la vida real significa que la implementación de una buena idea útil tiene consecuencias positivas para mí en el presente o en el corto plazo.
Un corolario a la premisa es: útil, las buenas ideas se relacionan conmigo y pueden relacionarse con otras personas como yo. Dado que no todos son como yo, no todas las buenas ideas pueden ser útiles para algún universo de otras personas.
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Entonces, ¿cómo se evalúa una idea como buena? Todos tenemos un marco de referencia interno desde el cual categorizamos las ideas como buenas o no buenas. Cada persona, entonces, debe definir sus propios criterios de lo que califica como una buena idea.
Una vez que se establece una buena idea, cada persona debe definir sus propios criterios de lo que califica a una idea como útil o no útil.
Una vez que se establece el universo de ideas buenas y útiles, cada persona debe evaluar, estimar o predecir si puede o no aplicar la idea a su propia vida real.
Por lo tanto, hay una serie de pasos de evaluación con los que se debe razonar para decidir si una idea es buena, útil y aplicable.
Ahora que hemos calificado una idea como tal, el “cómo” se convierte en la cuestión central.
“¿Cómo lo hacemos?” Implica conocimiento, habilidad y deseo.
Primero, ¿sabemos qué hacer? Si lo hacemos, genial, si no lo hacemos, necesitamos explorar y descubrir.
Segundo, ¿tenemos la habilidad para ejecutar el conocimiento? Si lo hacemos, bien, si no lo hacemos, entonces necesitamos adquirir y practicar las habilidades necesarias para ejecutar el conocimiento a un nivel de suficiencia aceptable.
Tercero, ¿tenemos el deseo de aplicar la idea buena y útil a nuestra vida real? Algunas cosas son difíciles, más allá de nuestra madurez y disciplina para lograrlas. Debemos evaluar si nuestro nivel actual de deseo puede sostenerse para lograr la aplicación de las ideas buenas y útiles en nuestra vida real. Si es así, genial, si no, necesitamos trabajar en nuestra madurez, disciplina, unidad, pasión para poder aplicar la idea buena y útil a nuestra vida real.
En resumen, decida si la idea cumple con los criterios, y si la cumple, continúe de manera implacable. Es un acto de hacer, no un acto de pensar o ser. Así que empieza. Ahora.