La autocompasión tiene tres partes principales: atención plena, humanidad común y bondad personal.
La atención plena es ser consciente, en el momento presente, sin juicio. Implica ser curioso y abierto a la emoción. Esto le proporcionará una perspectiva desde el punto de vista de la “mente inteligente”. Practicar la atención plena le permitirá evitar que sus emociones se aprovechen de usted y lo consuman con vergüenza. Cuando tus emociones te “secuestran”, también te obsesionas con lo que está “mal” y no puedes confiar en ti mismo.
En segundo lugar, reconocer tu humanidad común te ayudará con la autocompasión. Es útil recordar que todos cometen errores y se sienten mal a veces. También es importante recordar que todas las personas que experimentan dolor y fracaso son parte del ser humano. Reconocer su humanidad común evitará que se aísle.
Cuando las personas están aisladas, se sienten aisladas de las demás, piensan que la mayoría de las personas son más felices que ellas y tienen vidas más fáciles. También se sienten constantemente solos. incluso cuando están con otras personas.
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Por último, la autocompasión requiere auto bondad . Esto significa ser amoroso contigo mismo y aprender a tolerar cometer errores. Una vez que practicas la bondad, puedes ser paciente y comprensivo contigo mismo. Lo opuesto a la bondad de uno mismo es el juicio propio. A menudo, esto se traduce en desaprobación de ti mismo y en golpearte cuando cometes errores o no cumples con tus estándares demasiado altos.
Convertirse en su propio entrenador o animador le permitirá acallar a su crítico interno. Cuando te criticas por tener sentimientos dolorosos y piensas “debería, podría haber”, esto solo los intensifica y terminas sintiéndote aún peor. En su lugar, trata de tener compasión por ti mismo como lo harías con cualquier otra persona que te importe. Permitirte estar con tu dolor y practicar ser amable contigo mismo cultivará la autocompasión.