¿Qué pasa si las voces en mi cabeza me dicen que no son reales, sino solo un producto de una condición mental?

Nada.

No hay una conclusión inherente a ese “¿Qué pasaría si?”, Al igual que no habría una conclusión inherente a la misma “¿Qué pasaría si?”, Si las voces dijeran que en verdad eran reales. La forma en que alguien responde a las voces o contextualiza su presencia es única, y se basa en perspectivas y prioridades personales.

Escuchar voces no hace que alguien esté “mentalmente enfermo”. Las voces que dicen que son reales, o que alguien que cree que son reales, tampoco hacen que alguien esté “mentalmente enfermo”. No hay una implicación generalizable de escuchar o no escuchar voces, o aquellas voces que dicen ser reales o irreales. Si alguien tiene una etiqueta psiquiátrica o no, no tiene una conexión inherente a esto, tampoco.

En cualquier caso, las voces son de los rasgos físicos y psicológicos orgánicos de un individuo. Siempre son reales, en la medida en que son siempre una experiencia que ocurre y tiene conexiones concretas con otros aspectos de la vida de alguien. Escuchamos con nuestros cerebros, no con nuestros oídos, y esto es válido para las voces de personas ajenas a nosotros, voces que solo están en nuestras cabezas y voces en estados como soñar o usar drogas.