En primer lugar, no creo que debas tener el cuerpo perfecto para “vivir tu vida al máximo” o estar seguro contigo mismo.
Hace unos años, me convertí en una de esas personas que anhelan hacer ejercicio. Después de tener mucho sobrepeso y flojera toda mi vida, pude bajar 17 libras en 3 meses. Que hice Pensé en todas las razones por las que lo quería. Pensé en todas las personas que me dijeron que no podía y me motivaron al cuerpo que tengo hoy.
Me obligué a ser súper disciplinado, solo comía 1200 calorías y hacía ejercicio 6 veces a la semana. A través de esa experiencia, aprendí mucho sobre mí mismo.
¿Sabes la lección más importante que aprendí? Aprendí que aunque había bajado 17 libras y tenía el cuerpo que quería, todavía no estaba segura conmigo misma. Perder peso no resolverá sus problemas de inseguridad.
- ¿Cuáles son las posibles formas de superar el miedo escénico?
- ¿Cómo se deja de buscar constantemente la aprobación?
- Cómo no asustarse al punto de sentirse paralizado cuando se le ofrece una oportunidad profesional excelente pero desafiante
- Cómo encontrar mi área de interés
- Cómo mejorar en Java
El amor propio, la confianza, la alta autoestima, etc. no se derivan de su aspecto. Ganas todo eso al salir de tu zona de confort. Lo obtienes al tomar riesgos, desafiarte a ti mismo y experimentar cosas nuevas.
Más que entrenar o intentar perder peso, creo que deberías intentar desafiarte a ti mismo. Para poder vivir tu vida al máximo, debes enfrentar algunos de tus miedos. Eso comienza con respuestas a algunas preguntas difíciles.
¿Por qué crees que necesitas tener un cuerpo perfecto? ¿Por qué estás inseguro acerca de tu cuerpo aunque no tengas sobrepeso? ¿Por qué crees que eres perezoso? ¿Por qué no estás viviendo tu vida al máximo? ¿Es realmente solo por tu cuerpo?
Creo que si responde a estas preguntas, encontrará la respuesta real que está buscando. No puedes esconderte detrás de tu “inseguridad corporal” por no vivir tu vida de la manera que deseas. Es un problema mucho más grande que ellos.
Para mí, me di cuenta de que no era el peso que tenía que arrojar. Necesito deshacerme del miedo de ser juzgado por otras personas. Tenía tanto miedo de lo que otras personas pensaban sobre mi peso, mi apariencia y quién era yo, no estaba viviendo mi vida al máximo.
Después de darme cuenta de eso, me fue fácil resolver la raíz de mi problema. Poco a poco dejé de preocuparme por lo que pensaban los demás. Le di a su crítica el dedo medio y me centré en quién quería ser.
Una vez que cambié mi forma de pensar, lo que parecía no importaba. Lo único que importaba era vivir la vida que quería porque la quería.