Una razón por la que puedo pensar es en el hecho de que la aprobación y el cumplimiento pueden provenir de fuentes internas o externas. Esto entonces afecta sus acciones.
Se ha demostrado que las personas que hablan a otros sobre un objetivo futuro tienen menos posibilidades de llevar a cabo todo el plan que aquellas que no comparten sus objetivos. Esto se debe a que algunas personas reciben felicidad y satisfacción al hablar con los demás sobre la grandeza que les espera. Esto, a su vez, elimina parte del impulso para completar este objetivo, ya que los elogios para lograr dicho objetivo ya se han recibido parcialmente.
Un ejemplo de esto incluiría a alguien que diga “este año es el año en que vuelvo a estudiar” a sus amigos en lugar de “Me inscribí y comencé a estudiar este año”. Es una elección personal seguir adelante y, a veces, su recompensa interna proviene de la evaluación antes de que algo haya sucedido. Luego pierden la motivación para inscribirse y la meta se convierte en un sueño olvidado.
Lamentablemente, decirle a tu jefe que harás algo grandioso algún día no significa nada a menos que les muestres el resultado de tus esfuerzos.