Lo primero que debe tener en cuenta es que la ansiedad también puede hacer que las personas teman la ansiedad en sí misma, que desafortunadamente sangra en otras áreas de su vida. Uno de los aspectos más interesantes de la ansiedad es que cuando uno está nervioso por una cosa, puede ponerse nervioso por otras cosas, también pueden desarrollar nuevas ansiedades o encontrar más situaciones que causen ansiedad como resultado. Puede ser como una arenas movedizas, cuanto más haga para tratar de desactivar la situación inmediatamente, más se hundirá. Al decirle a la gente cosas como “mantener la calma”, pueden aumentar su sensación de pánico.
A pesar de todo, hay formas de seguir brindando apoyo sin causar más angustia. Si bien puede estar intentando arrojar una luz positiva y optimista sobre una situación de tensión, puede estar disminuyendo algo que es mucho más importante para otra persona. Para ayudar en su lugar, intente acercarse a ellos desde un punto de ánimo en lugar de dar a entender que “se ponen al día” por algo pequeño. Recordarles que superaron este pánico antes puede ayudar a validar que su dolor es real y ayudarlos a superar esos sentimientos abrumadores.
Sus palabras no tienen que ser su método más poderoso, pero ofrecer hacer algo con ellas puede ser la mejor manera de aliviar sus síntomas. Practicar la empatía podría ser la clave, ponerse en su lugar y ayudarles a encontrar lo mejor.
Además de todas estas actividades, actividades como la meditación, salir a caminar o hacer ejercicio son formas positivas de ayudar.
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