Todo.
Tanto la psicología evolutiva como el conductismo generan experimentos para probar hipótesis sobre conductas observadas, pero estas hipótesis provienen de un supuesto implícito o explícito sobre la naturaleza humana.
La escuela de conductistas se basa en una mente de pizarra casi en blanco que responde al dolor del placer. Se supone que todo el resto de nuestro complejo comportamiento es el resultado del entorno, que programa al individuo por medio de experiencias pasadas de placer y dolor. Este mismo supuesto es una tentación para reprogramar personas. De esto se pueden inferir muchas consecuencias.
Inicialmente, los conductistas consideraron que todos los animales comparten este modelo simple. Se ha demostrado que eso es falso, ya que tienen comportamientos específicos de cada especie que responden a las presiones evolutivas. Konrad Lorentz fue uno de los destacados etólogos que argumentaron en contra de la hipótesis conductista.
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El punto de partida del conductismo, que solo considera lo que es cuantitativamente medible por un observador externo, restringe la observación a un conjunto muy pequeño de parámetros de bajo nivel que, lógicamente, inducen modelos simples de la mente.
Por el contrario, la psicología evolutiva parte de la hipótesis de que la mente es una computadora compleja ya programada por la selección natural. Entonces podemos entender los fenómenos humanos en un nivel superior. ¿Cuál es el propósito del amor? Algunas hipótesis alternativas acerca de por qué el amor es o fue una ventaja evolutiva en nuestro pasado se pueden probar con los métodos utilizados en cualquier otra disciplina psicológica: encuestas, etc. En hombres y mujeres (google).
El conductismo no puede estudiar los sentimientos humanos a un nivel significativo. puede medir su ritmo cardíaco, o cuántas veces un hombre dice F..k cuando recibe una descarga eléctrica, o puede “curarlo” de su amor por Sally dándole una descarga cada vez que mira una imagen de su.