Un consejero puede trabajar como un buen oyente, a pesar del hecho de que uno no tiene ninguna enfermedad mental. Habiendo dicho esto, uno busca el refugio de un consejero durante los tiempos de prueba de la indefensión, la indiferencia y el constante anhelo de ser escuchado.
Los consejeros sirven como un medio excelente para limpiar los sentimientos difíciles que uno experimenta, aunque es posible que no le receten ningún medicamento. Pero llamar a sus puertas definitivamente ayudará a aligerar nuestros corazones y mentes de varios problemas que nos han estado acosando. Mantener el anonimato es otra ventaja que ofrecen estos profesionales que se adhieren a los escrúpulos morales. Proporcionan al buscador una perspectiva diferente para ver las cosas, ofreciendo una solución completamente diferente a los problemas en cuestión. Son los mejores profesionales para presentarnos a nuestro propio ser interior, que en la mayoría de los casos genera conflictos de identidad. De esa manera, definitivamente abren puertas a otras facetas de nuestras vidas que necesitan atención y la sociedad en general se beneficia de este ejercicio.
PD: Respaldo el intento de cada persona de entablar una conversación con un consejero para experimentar el poder de curación desde dentro de uno mismo.
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