Recuerdo que era muy pequeña (~ 4 o 5) y le pedí a mi mamá un minuto más para jugar con mis amigos. El minuto fue concedido y quedé extasiado. Recuerdo haber pensado: “Dios mío, sesenta segundos enteros”. En aquel entonces era una eternidad; Hoy el lapso de tiempo palidece en comparación. Siempre asumí que esta diferencia en la percepción de la duración del tiempo provino de la adquisición de responsabilidad y estrés. Cuando tiene 15 minutos para finalizar un documento, una prueba o alguna otra medida de rendimiento, 900 segundos nunca es suficiente. Algunos psicólogos creen que, en general, la percepción del tiempo cambia con la edad, generalmente aumentando en velocidad; sin embargo, la investigación sobre este asunto sigue siendo controvertida. En general, parece haber una variación individual dinámica en la percepción del tiempo, que puede estar relacionada con diferentes características de la personalidad. Las personas que planean más tienden a prestar más atención a los intervalos de tiempo especificados, mientras que aquellos con más personalidades “relajadas” no están tan atentos. Estas actitudes pueden verse afectadas por la genética, el entorno pasado y el entorno actual. Teóricamente, podrían relacionarse con los cambios que percibí porque a medida que crecía había una mayor necesidad de realizar tareas en intervalos específicos.
La dificultad de estudiar la percepción del tiempo es que no parece estar relacionado con ningún sentido rígido. ¿Puedes tocar el tiempo? ¿Puedes probarlo? Solo recientemente los científicos han observado una ubicación distinta en el cerebro donde se cree que los grupos de neuronas (es decir, células cerebrales especializadas) funcionan en la percepción del tiempo. Los investigadores creen que estas neuronas se aclimatan a lo largo de la vida para activarse, o “marcar” a una cierta velocidad, similar al tictac de un reloj (http://www.wired.com/wiredscienc…). Considerando que el procesamiento cerebral a menudo cambia con la edad y el interfuncionamiento de las neuronas dentro del cerebro es un sistema altamente plástico y redundante, parece posible que la tasa intrínseca de tiempo cambie con el tiempo. Tenga en cuenta, sin embargo, que no me refiero al ritmo circadiano observado en los animales, que es un elemento diferente relacionado con la percepción del tiempo y los ciclos día-noche en fisiología y comportamiento. Simplemente estamos hablando de lo que significa sesenta segundos para un niño pequeño frente a un adulto.
En conclusión, no estoy del todo seguro de qué cambia la percepción del tiempo, solo que mi percepción del tiempo ha cambiado. A menudo me he preguntado si, para mí, estaba relacionado con la velocidad a la que pienso, lo que a su vez puede relacionarse con la velocidad a la que las neuronas son capaces de disparar. La percepción general del tiempo probablemente se relaciona con la historia genética, la historia de la vida, el medio ambiente y el estado mental presente, y puede haber variabilidad entre los momentos. Sé que la mente humana es plástica y que diferentes animales perciben las duraciones del tiempo de manera diferente. Supuestamente, se mueve en cámara lenta hacia la marcha, por lo que casi siempre es capaz de escapar. Lo único que sé con certeza es que me gustaría poder recuperar mis sesenta segundos.
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