No, no es un ‘signo clásico de déficit mental’. Al menos, no por parte de la que muestra la falta de límites (lea más abajo). Puede ser el resultado de una mala crianza.
En muchas culturas, los límites físicos varían. En Estados Unidos, las personas se hablan entre sí al menos a un brazo de distancia; en otras culturas, las personas se acercan a tu cara y mantienen una conversación.
Los límites emocionales son igualmente flexibles, aunque están más condicionados por el medio ambiente que culturales. Algunos de los que se considera que tienen límites emocionales “pobres” nunca aprendieron los límites apropiados mientras crecían.
Se enseñan los límites apropiados, al igual que otros comportamientos obvios, como esperar su turno antes de hablar, tratar a los demás con respeto y amabilidad y buscar su propia felicidad (autodeterminismo, no esperar que otros sean responsables de sus sentimientos), por ejemplo.
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No hay psicopatología involucrada.