Significa que están actuando en función de la emoción o la intuición, alguna forma de pensamiento holístico que los apunta a un curso de acción pero que no pueden apoyar plenamente sobre una base deductiva y estrictamente racional.
Aquí está el truco: la mayoría de las decisiones que tomamos se basan en la emoción y no en la razón. Incluso las personas que se enorgullecen de actuar racionalmente usan su razón como una envoltura para (y, a menudo, justificación de) la emoción subyacente. A las personas con lesiones cerebrales que les impiden actuar de esta manera les resulta imposible tomar incluso las decisiones más básicas. ¿Por qué usó la ropa que usó, estacionó donde lo hizo, ordenó el almuerzo que hizo, sonrió a una persona en particular o habló con ella de una manera particular, o eligió al cónyuge, el apartamento, la casa, el auto, la universidad, la carrera, el cabello? estilo, etc., que hiciste? La emoción corre desenfrenada en todas estas decisiones; solo nos gusta decirnos que somos principalmente seres racionales.