Había leído una cita: “La hierba del vecino es más verde”.
El deseo es interminable. Digamos que oras a Dios para que sea el Sr. X, y Dios está complacido contigo, te conviertes en el Sr. X. Después de un período de tiempo, te llega a sentir que el Sr. Y tiene mejores cualidades. Nuevamente te acercas a Dios y con sus bendiciones te vuelves como el Sr. Y.
Te quedas muy feliz. Un día, se da cuenta de que el Sr. Z es una persona más inteligente y amable. Te sientes triste y te pido que seas mejor que él.
Mira, no hay fin para el deseo. Por este proceso, olvidamos nuestra verdadera naturaleza, con la que estamos bendecidos. A lo largo de la vida corremos tras el espejismo. Esperando que mañana sea mejor. Esta carrera termina con la muerte.
- En una breve respuesta, ¿cómo lidias con las críticas negativas en la vida?
- Las cosas apestan o no, pero ¿por qué siempre vivimos en el medio?
- Sigo teniendo malos pensamientos sobre Dios y Jesús. ¿Cómo puedo detener esto?
- ¿Es normal pasar horas viviendo en tu mundo imaginario como una persona diferente con personas imaginarias y eventos irreales dentro de tu cabeza?
- En una frase, ¿por qué la dilación es muy mala para ti?
Una historia que presento.
Un día, un joven monje llegó a la orilla de un ancho río. Estaba pensando cómo cruzar un río tan ancho. Vio a un gran maestro al otro lado del río.
Él gritó: “Oh, sabio, ¿puedes decirme cómo cruzar el río?
El gran maestro, respondió, “Hijo mío, ya estás del otro lado”.
La moraleja de la historia es que usted posee lo que está buscando en esta orilla. El otro lado de un río es una ilusión.
No hay nada como el mañana. Mañana es como un charco de agua o un espejo sobre el que se vislumbran los objetos a distancia. Lo que sea que pase es justo en este momento. Necesitas moverte de momento a momento.
Solo queda satisfecho con lo que tienes en el momento presente.