Para maximizar el uso de mi planificador, obtengo dos de los mismos. Utilizo el primero para anotar las cosas que quiero experimentar y lograr de antemano en una fecha determinada. Añado citas y fotos para captar visualmente mi energía.
Lo uso como una guía motivacional para ayudarme a inspirarme. Ver lo que quiero tener o lograr de antemano me mantiene en el camino correcto para mis metas y sueños.
El segundo planificador es para la realidad cotidiana de mi vida. Es el registro de mis actividades y responsabilidades que muestra dónde se está gastando realmente mi tiempo y mi energía.
El uso de dos planificadores refleja ambas partes de mí. Una es para el soñador que en mí ama ser creativo y disfrutar de la vida. La otra es ayudarme a ponerme a tierra y atender el lado práctico de la vida.
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La idea de planear mi vida por adelantado es una cosa alegre. Algunos años, los dos planificadores ni siquiera están cerca de emparejar. Otros años están en lo cierto.
Al principio, algunos de mis amigos se rieron y me molestaron con la idea de mis dos planificadores. Ahora lo hacen también. 🙂