¿Por qué es difícil creer pensamientos nuevos y equilibrados, incluso cuando hay evidencia que los respalda?
El “por qué” es que la creencia depende en gran medida de la familiaridad y el hábito, y menos de lo que la gente piensa en la evidencia y la inferencia.
Piense en ello como simplemente la necesidad de revisar una gran red de neuronas establecida en su cerebro. Lo que crees es una consecuencia de esta estructura establecida, no una inferencia lógica hecha de la evidencia en el momento presente.
Las creencias y los “pensamientos” no se basan principalmente en la evidencia. Están respaldados por compromisos emocionales: las cualidades “ansiosas” o “negativas” asociadas con las ideas. Estos representan habilidades de comportamiento y relacionales que necesitan ser aprendidas y aplicadas. Hasta que esas sean reemplazadas por emociones nuevas y “equilibradas”, y las habilidades de comportamiento para ponerlas en práctica, continúan definiendo la relación consciente de uno en sus diversas áreas de experiencia.
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Hay algunos supuestos poco realistas en estos programas de “cambia tus pensamientos y creencias”. No se puede simplemente recibir nueva “información” de evidencia y luego “creer” más correctamente. Es necesario dejar que se filtre profundamente y formar parte de hábitos y acciones. Es necesario “caminar la charla”.