Observarlos es un buen paso, estoy de acuerdo. Saber cuándo están sucediendo y que son indeseables es muy importante para controlarlos. Cómo manejarlos desde allí depende de usted y de lo que funcione para usted.
Para mí, la estrategia que mejor funciona es el reconocimiento y la distracción. Una vez que he reconocido que tengo un pensamiento no deseado, redirigiré mis pensamientos a otra parte. Por ejemplo, si tengo pensamientos negativos, como sucede a menudo, paso a una actividad que sé que genera pensamientos positivos en mí, como ver dibujos animados de niños. Otra estrategia que a veces funciona es expresar los pensamientos a otra persona, como mi esposo. Él los ve de manera diferente que yo y, a veces, los deconstruirá de una manera que me sea útil para ayudarme a dejar de detenerme en ellos. A menudo, el simple hecho de escuchar que mis pensamientos son tontos o excesivos puede ayudarme a ponerlos en su lugar adecuado y dejar de obsesionarme tanto con ellos. (Y muchos de mis pensamientos obsesivos son uno u otro).
Las técnicas de meditación también pueden ser útiles para usted, ya que ya está haciendo uso de una. Una técnica que he escuchado para tratar con emociones obsesivas es contrarrestar la emoción con su opuesto. Si estás triste, por ejemplo, prueba la gratitud. He tenido cierto éxito con este método, pero como depende de que reconozca mis emociones (algo en lo que no soy bueno), no es tan efectivo para mí.