Hay un dicho japonés que se traduce así: “la buena medicina tiene un sabor amargo en la boca”. Las sesiones grupales son una forma buena y controlada de ganar confianza en situaciones sociales. Una vez que se vuelven más naturales, también se vuelven habituales. Deja de pensar en cada pequeño matiz de una interacción social que puede ser un gran alivio.
Sin embargo, primero trataría de sentirme cómodo con los métodos de la terapia cognitivo-conductual antes de pasar directamente a la terapia de grupo. Estas pueden ser cosas como:
- Técnicas de respiración que estimulan las respiraciones profundas y controladas desde el diafragma. Muchas veces, si eres consciente de ello, te darás cuenta de que estás “respirando en el pecho” cuando estás perturbado. Adquirir el hábito de ser consciente de tu respiración y tomar esas respiraciones más profundas te ayudará a mantener la calma.
- Técnicas de conciencia emocional que identifican la causa raíz de las emociones. El énfasis está en entender qué está sucediendo en su cuerpo en diferentes estados emocionales y qué causa esto. Es importante no fijarse en algo, sino ser consciente de cómo se siente, reconocer que está bien sentirse así y dejarlo pasar.
- Técnicas positivas de diálogo interno que desafían afirmaciones falsas o injustas e inconscientes. Esto es algo muy difícil de hacer y, a menudo, requiere otra persona comprensiva, mejor aún, un terapeuta. Es difícil romper con la comprensión arraigada del mundo. A menudo, solo ayuda a adoptar un enfoque más suave de cómo tratamos con nosotros mismos y con los demás.