Enrolle los resultados de la prueba en un tubo y utilícelo para disparar escupitajos a cualquiera que intente clasificarlo como “baja autoestima” o alguna variante de eso.
No dejes que las personas te etiqueten. No te etiquetes a ti mismo. Existe un tipo de “yo” que no está definido por etiquetas y mediciones, que no se refleja en los resultados de las pruebas psicológicas y que no necesita las categorías y los métodos analíticos de la ciencia para comprender quién es.
Hay dos tipos de yo: el tipo que se describe y analiza la psicología y el que es completo y completo desde el principio, y no se puede dividir en unidades y subsistemas. Este último es quien realmente eres. Lo primero es lo que mide la prueba. Su trabajo en la vida es aprender a ser uno mismo, a ser la persona cuyos horizontes se extienden en todas las direcciones más allá de lo que cualquier prueba ha podido medir.
Eso no significa que la prueba no tenga sentido: solo que está midiendo algo que, en el análisis final, no es del todo real y verdadero. Los resultados deben ser vistos con esa advertencia.
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