Primero, una actitud positiva lo mantiene abierto para reconocer, considerar y actuar sobre las oportunidades de éxito, cuando aparecen. Sin una actitud positiva, estamos ciegos a las oportunidades de éxito, por lo tanto, no podemos tomar ninguna acción necesaria para tener éxito.
Segundo, una actitud positiva nos permite volver a intentarlo cuando falla un intento. Considere la famosa declaración de Edison de que no había fallado mil veces, sino que había descubierto mil maneras de no hacer una bombilla.
Objetivamente, experimentó mil fracasos, pero su actitud los convirtió en mini éxitos que finalmente llevaron al gran éxito de la bombilla que funcionó.
Imagina la pérdida para la humanidad si se hubiera rendido en algún momento anterior.
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Imagínese qué grandes innovaciones se están perdiendo en este momento cuando las personas se dan por vencidas.
Una actitud positiva, adaptable y resistente es lo que sustenta la inteligencia, la inspiración y la acción que llevan al éxito.
Como dice el viejo castaño, “Tu actitud determina tu altitud”.
Que tu actitud te lleve al éxito en beneficio de todos nosotros.