Mira el DSM. En términos generales, una condición se clasifica como una enfermedad mental si:
- Marca una desviación notable de las experiencias o comportamientos ‘típicos’
- Ocurre con cierta regularidad: ya sea por un período prolongado de tiempo, o por un número dado de veces dentro de un marco de tiempo particular
- Causa al cliente estrés, incomodidad, miedo o de otra manera afecta la calidad de vida.
- Hace que sea difícil para el cliente participar en actividades “normales”, como tener un empleo, comprar, hablar con la gente, cumplir con las obligaciones …
El segundo y tercer criterio suelen ser centrales: los psicólogos no quieren clasificar a las personas con una enfermedad en base a un episodio único a corto plazo, y no quieren clasificar a las personas que están perfectamente felices y ajustadas como perturbadas. El primero generalmente se relaciona con el comportamiento socialmente aberrante, como las personas que tienen alucinaciones vívidas o las que tienen compulsiones rituales u obsesivas. El cuarto criterio se presenta principalmente en fóbicos y neuróticos, que actúan de manera extraña en ciertas situaciones o evitan esas situaciones por completo.
La enfermedad mental solo se diagnostica cuando hay un patrón generalizado de ideación o comportamiento aberrante que causa estrés o disfunción.
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