Como la mayoría de las respuestas, depende.
La respuesta a los intoxicantes depende de los receptores específicos en el cerebro.
Algunas personas tienen cantidades variadas de receptores, debido a su genética personal, o debido a la tolerancia. Si tomas media botella de whisky cada día, tu cuerpo regulará hacia abajo, es decir, disminuirá la abundancia de los receptores a los que se une. Por lo tanto, el gran bebedor tendrá que beber mucho más para obtener la misma “embriaguez” que la persona que no bebe con tanta frecuencia.
Depende del peso. Una persona más ligera tolerará menos alcohol que una persona más pesada, porque la misma cantidad de alcohol se encuentra en una mayor concentración en el cuerpo más pequeño.
Algunas personas también tienen deficiencias muy específicas. Por ejemplo, algunas personas tienen una mutación en su enzima alcohol deshidrogenasa. Estas personas tardan mucho más tiempo en digerir el alcohol, es decir, se emborrachan mucho más rápido.
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Y sobre todo, la química cerebral de todos es única.