Sentirse agotado después de hacer cosas que normalmente no lo afectarían es un síntoma muy común de depresión. La ansiedad es agotadora en sí misma, por lo que no es sorprendente que se agote más rápido de lo habitual, ya que se le ha diagnosticado ambas afecciones. Hagas lo que hagas, no interpretes tu falta de energía como “pereza” y no te sientas culpable por hacer menos de lo habitual: estás sufriendo de una enfermedad debilitante y te llevará un tiempo recuperarte.
En mi experiencia, el agotamiento puede significar el comienzo de un episodio depresivo, pero también puede ser algo que perdure durante la fase de recuperación, especialmente si está saliendo de un medicamento antidepresivo. Cuando dejé de tomar Lexapro, sufrí una fatiga tremenda durante meses después.
Recuerde, la depresión es una enfermedad física, mental y de “retraso psicomotor”. El agotamiento conocido como AKA es uno de los síntomas principales. Probablemente haya descuidado su cuerpo en términos de nutrición y ejercicio, por lo que su metabolismo es más lento de lo normal. Además de cualquier medicamento que tome, haga su mejor esfuerzo para comer de manera saludable y aumente muy lentamente su nivel de actividad física: salga a caminar bajo el sol, en lugar de ejercitarse en un gimnasio sucio.