Después de mi primera gran ruptura, sufrí el mismo dolor, meses de odio y aislamiento. Es difícil comprender por qué terminó, pero el aislamiento lo convierte en un pensamiento obsesivo.
Conseguí un trabajo nocturno donde almacenaba ropa en una tienda cercana, y algunos mediodía trabajaba en una tienda de manualidades para combatir mi ansiedad social.
Si continuara estando en casa y solo después de graduarme, no habría tenido habilidades sociales y una depresión más profunda. Conseguir dos empleos (fue excesivo) pero tener contacto social con clientes o compañeros de trabajo me ayudó a superar los temores que tenía sobre los demás.
Puede sentir odio hacia las personas, pero su punto de vista sobre las personas puede ser mucho más pequeño. Intente entrar en situaciones que lo obliguen a socializar con personas que comparten sus valores o se oponen a ellos, intereses similares o únicos, cualquier cosa.
Necesitas conocer gente, más gente. Conocerás a algunos que tienen vistas terribles sobre el mundo y conocerás a abuelas dulces que aman a sus gatos.
Conocerás a los niños que quieren hablarte sobre Papá Noel mientras revisas la variedad de adornos de su madre, y conocerás a niños que te admiran.
Conocí a un niño y su madre que siempre visitaban la tienda de artesanía que me comieron. Tenía cabello azul brillante, piercings, y siempre ponía flores en mi cabello.
El chico me hablaba de las pinturas que compraba, tenía alrededor de 8 años y siempre estaba entusiasmado conmigo.
Su madre me dijo en una ocasión cuando él estaba en clase que estaba muy enamorado de mí y que siempre quería venir a mi registro. Ser el primer enamoramiento de alguien era algo que nunca pensé que sería antisocial, deprimido, adulto, pero era muy dulce y lo apreciaba.
En otra ocasión estaba revisando artículos para parejas.
La mujer estaba embarazada y tuvimos una larga conversación sobre el Black Friday y sobre cómo tenía que trabajar.
Antes de irse, me pidieron mi nombre y yo les dije (mi etiqueta estaba al revés) y dijeron que era una ‘señal’ porque habían debatido entre mi nombre o el nombre de Isabelle.
Finalmente, 4 meses después, conocí a un niño que lleva mi nombre y sentí ganas de llorar cuando salí de mi descanso.
Estas son solo algunas historias conmovedoras que cambiaron mi corazón asustado para apreciar la vida una vez más. El solo hecho de que alguien haya roto tu corazón no les da la libertad de robarte la bondad que hay en el mundo.
Hay una gran cantidad de personas que conocer y experiencias para compartir y soportar.
Nunca abandones la vida, el amor y la capacidad de sentirte feliz. Te lo prometo, siempre hay algo que cambiará tu forma de pensar si te esfuerzas.