A medida que envejece, habrá sido afectado por más y diferentes tipos de factores ambientales aleatorios. Cuantos más factores aleatorios existen, más tienden a anularse entre sí, lo que hace que el factor subyacente (presumiblemente genético), que persiste, sea más prominente.
Es decir, cualquiera puede ser brevemente afortunado o desafortunado por un corto tiempo, pero un patrón consistente de ser afortunado o desafortunado muestra un sesgo, y eso lleva tiempo. Es ese sesgo, esa tendencia a resultados de vida más grandes o más bajos, con lo que las pruebas de CI están asociadas y están diseñadas para medir.
Tenga en cuenta que este fenómeno, la mayor heredabilidad de IQ a lo largo del tiempo, tiende a contar en contra de la suposición común de que la educación, la tutoría, el enriquecimiento mental, el inicio, la alfabetización temprana y ese tipo de cosas, son acumulativas y muestran una gran dependencia del camino. Si la heredabilidad del coeficiente intelectual aumenta con el tiempo en lugar de disminuir, esto demuestra que los efectos de este tipo de cosas parecen ser temporales y desaparecer en lugar de basarse en ellos mismos.
Otra forma de verlo es que cualquier medida de su potencial que esté diseñada para correlacionarse con el éxito de la vida a una edad determinada, se vuelve más precisa cuanto más se acerca la escala de tiempo a la que está midiendo el éxito en primer lugar.