¿Cuáles son algunas formas de reducir el estigma social de la enfermedad mental?

No hay métodos duros y rápidos para reducir el estigma de la salud mental, pero, para empezar, aconsejaría descartar el modelo biomédico de la psiquiatría de la psiquiatría hasta que la psiquiatría realmente pueda apuntar de forma confiable a orígenes neurológicos comprobables.

El atribuir falsamente todas las enfermedades mentales a los desequilibrios químicos no hace nada para aliviar el estigma, aunque la mayoría de las personas lo desean. En el caso de combinar enfermedades mentales con enfermedades biológicas como el cáncer, las personas que estigmatizan las enfermedades físicas crónicas a menudo terminan haciendo lo mismo con las personas con enfermedades mentales en respuesta.

Veo que esto sucede todo el tiempo cuando las personas intentan descartar mis puntos de vista sobre la base de mi diagnóstico de BPD. Piensan que me están haciendo algún tipo de favor al compadecerme y a mi cerebro “defectuoso”, cuando, en realidad, mi cerebro es estructuralmente normal de acuerdo con un estudio de resonancia magnética bastante reciente.

También recomendaría analizar más profundamente los entornos de las personas antes de saltar inmediatamente a etiquetarlos con términos médicos.

Creo que los intentos de los defensores de la salud mental para legitimar la enfermedad mental en ausencia de circunstancias adversas de la vida han fracasado, en mi opinión. Parece que cada emoción humana negativa está siendo patologizada como un síntoma en lugar de una respuesta perfectamente normal a la adversidad.

No tengo un trastorno de personalidad porque mi cerebro está roto, aunque ese puede ser el caso de otros que comparten mi diagnóstico. Mi trastorno de personalidad es una respuesta de estrés postraumático, y me frustra cuando las personas piensan que están reduciendo el estigma al ignorar circunstancias muy reales como la violación, la violencia, la pobreza, el maltrato infantil o todos los sistemas actuales de opresión de la sociedad.

Por otra parte, conseguir que a ciertos individuos les importen las cosas sobre dichos males sociales será astronómicamente difícil. De nuevo, no hay soluciones fáciles.

Esto no es una solución para todos, pero funciona para mí. Lo hablo, lo escribo y lo leo.

Estoy abierto con todos en las redes sociales y en la vida real. Cuando conozco a alguien muy pronto les digo que soy bipolar. De esa manera ven cómo me comporto a diario. Les digo cuándo estoy cambiando y les digo que aprecio cualquier comentario si parece que me estoy moviendo hacia la manía.

No me avergüenzo de mi enfermedad. De ningún modo. Es quien soy.