La ansiedad es una parte del ser humano. Un instinto de supervivencia evolucionó durante millones de años; existe para protegernos de cualquier daño. Y lo hace a través de reflejos, respuestas y pensamientos que nos hacen sentir miedo en tiempos de peligro.
Todos experimentamos ansiedad a diferentes niveles a diario:
- Sin ansiedad (por estar agotados) no nos preocuparíamos cuando cruzáramos la carretera.
- Sin ansiedad (por no tener comida y refugio) no nos atendríamos en un trabajo que odiamos.
Ponerse ansioso en ciertas situaciones es normal, todos lo hacen. Y la mayoría de las personas incluso experimentan un aumento de la ansiedad con frecuencia. Cosas como exámenes, entrevistas, discursos públicos, primeras citas y deportes competitivos pueden hacer que cualquiera se sienta ansioso.
Esta es la ansiedad normal. Esto es lo que todos sienten.
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Pero para algunos de nosotros las cosas cambian … nuestra ansiedad comienza a fortalecerse. Viene cada vez más y parece suceder sin razón aparente. En general, nos sentimos demasiado ansiosos, nos sentimos aprehensivos y estamos “en el borde” con frecuencia. Los síntomas físicos asociados con la ansiedad pueden comenzar a aparecer. La ansiedad comienza a gobernar nuestras vidas; afecta todo lo que hacemos y cuando ” interrumpe las funciones físicas o mentales normales” cumple con la definición médica de un trastorno .
El modelo médico de estos problemas (a partir del cual se deriva la definición de un trastorno: “ una enfermedad que interrumpe las funciones físicas o mentales normales” ) ve estos problemas como solo eso … una enfermedad. Y que se deben a que algo va mal físicamente (en el cerebro) que necesita corrección, a menudo a través de medicamentos.
Pero en muchos casos de trastornos de ansiedad (GAD, TOC, fobia social e incluso depresión) no hay ningún misterio sobre la causa. Siguen una progresión psicológica lógica y podemos hacer un mapa de lo que sucede en cada paso del camino.
Estos problemas no son enfermedades que nosotros ‘solo logramos’ o ‘solo atrapamos’. No solo nos suceden a nosotros. Se desarrollan lentamente con el tiempo y se aprenden y se condicionan en nosotros. El punto de partida para todos ellos es cuando aumenta la ansiedad. Y esto sucede porque empezamos a internalizar la ansiedad y creemos que se debe a que “hay algo mal con nosotros” en lugar de una causa externa.
¿Ansiedad normal o algo más?
En un popular programa de televisión, en el que los participantes contestan preguntas y pueden duplicar sus ganancias hasta un millón, el quizmaster ha dicho a muchos participantes, palabras para el efecto: “Te ves muy tranquilo”.
En casi todos los casos, la respuesta ha sido la misma: “Por fuera, sí, pero por dentro estoy temblando como una hoja”.
Estas personas atribuyen su ansiedad a la situación y, como tal, puede ser desagradable pero aún controlable. La ansiedad se convierte en un problema cuando deja de ser sobre la situación y se convierte en algo acerca de nosotros mismos.