Sí. “Depresión” es solo una etiqueta bajo la cual agrupamos síntomas particulares, dependientes de la cultura, que pueden cambiar con el tiempo o en diferentes disciplinas. Es una definición subjetiva que involucra experiencias subjetivas.
La forma en que percibimos nuestro aporte sensorial y nuestra vida emocional es completamente relativa y no necesariamente organizará conceptos o interpretará experiencias de la misma manera que los médicos u otras personas.
Los síntomas que son soportables o que causan un deterioro pueden ser diferentes según el contexto en el que vive una persona: interna y externamente. El problema clave que los títulos de “trastornos mentales” tratan de resolver es la disminución de la funcionalidad y la angustia emocional. Si no está funcionando como debería, y se siente perturbado (por eso o por los síntomas mismos), la etiqueta y su contexto cultural son menos pertinentes que encontrar una manera de mejorar su situación.
No todos tienen la conciencia emocional o las herramientas psicológicas para reconocer y manejar reacciones y conductas desadaptativas, por lo que incluso sentirse molesto o menos capaz de funcionar no siempre es evidente para las personas que experimentan esas cosas.