Hay muchos componentes que entran en juego para el inicio de ataques de ansiedad por factores biológicos, factores de estrés y factores de mantenimiento principales.
En términos de biología, muchos genes diferentes parecen contribuir a la vulnerabilidad hereditaria, como la tendencia de un individuo a ser tenso y tenso. Esto se activa luego por factores estresantes como nuevos entornos o personas confrontadas.
Además, como algunos trastornos mentales como la depresión, la ansiedad se asocia con un desequilibrio en los niveles de neurotransmisores (por ejemplo, GABA que regula la excitabilidad neuronal) o actividad anormal en las estructuras cerebrales (por ejemplo, hipersensibilidad de la amígdala que almacena recuerdos de experiencias emocionales intensas, lo que provoca reacciones inapropiadas) a situaciones no amenazantes).
El modelado de las respuestas de ansiedad por parte de otras personas significativas, particularmente en la infancia, es otro factor clave para causar una vulnerabilidad psicológica a la ansiedad. Por ejemplo, las creencias acerca de que el mundo es inseguro e impredecible, pueden introducirse y reforzarse tendencias catastróficas y una baja confianza en sí mismo de sus habilidades de afrontamiento, fortaleciendo su vulnerabilidad psicológica a la ansiedad.
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La evitación es también otro elemento a tener en cuenta, ya que es el principal factor de mantenimiento de la ansiedad. Esto puede ser en la forma de evitar ciertos objetos, situaciones, pensamientos o incluso síntomas corporales de ansiedad. Si bien existe cierto alivio a corto plazo para evitar el temido estímulo, evitarlo significa que no existe la oportunidad de aprender y utilizar habilidades de afrontamiento. En las intervenciones psicológicas, la exposición a sus miedos de manera progresiva se utiliza para abordar esto.
Como sugirió Nova Draws, las causas pueden variar según los diferentes tipos de trastornos de ansiedad.
La fobia específica, que se centra en la interacción con un objeto o situación particular, se puede dividir en fobia a la inyección de sangre, fobia situacional (claustrofobia), fobia al ambiente natural y fobia animal (nombres que se explican por sí mismos).
Los desórdenes de pánico, cuando un individuo experimenta ataques de pánico inesperados, así como sentimientos de ansiedad extrema por experimentar otro ataque, pueden ser provocados por cambios corporales. Por ejemplo, un aumento en la frecuencia cardíaca por el ejercicio leve podría interpretarse como un síntoma de un ataque de ansiedad próximo que posteriormente provoca el ataque.
El trastorno de ansiedad generalizada, la preocupación excesiva por eventos menores, diarios que causan angustia o disfunción, se evoca al evitar sentimientos de ansiedad e imaginar el escenario temido. Además, el pensamiento catastrófico y la falta de autoeficacia para hacer frente a la situación imaginada contribuyen al trastorno.
El trastorno de ansiedad social, un aumento significativo de la ansiedad en situaciones sociales o de desempeño, es causado por el miedo al escrutinio. La posibilidad de ser avergonzado o rechazado es exagerada en proporción a la situación real, interfiriendo con su funcionamiento.
Como puede ver, las causas de los ataques de ansiedad pueden ser bastante complejas con factores biológicos, comportamientos aprendidos, pensamientos y factores estresantes. Lo que he escrito es probablemente rascarse ligeramente la superficie de los trastornos de ansiedad, pero debería comenzar en tu propia investigación.
¡Espero que esto ayude!