¿La ansiedad es saludable?

Sí, por supuesto.

Solo la ansiedad de ser gordo todos los días puede obligar a una persona perezosa a ejercitarse diariamente y a perfilar su figura.

Solo la ansiedad de fallar en el examen puede obligar a un estudiante no académico a estudiar mucho antes del examen y al menos aprobar.

En realidad, a veces la ansiedad fuerza nuestro poder motivador y nos hace correr para lo que necesitamos para establecer en la vida. Algunos psicólogos identificaron una región del cerebro, la ínsula anterior, que desempeña un papel clave para predecir el daño y también para aprender a evitarlo, lo que produce ansiedad en nuestra mente y para evitar la situación. Estamos motivados a hacerlo en el último minuto. Investigaciones anteriores han demostrado que las personas que tienen miedo y ansiedad crónicas tienen patrones anormales de activación de la ínsula. Entonces, mientras las personas con actividad insula excesiva están en riesgo de trastornos psicológicos como ansiedad y fobias, los niveles más altos de activación de la ínsula en el rango normal pueden permitir que las personas eviten situaciones potencialmente dañinas.

Seguramente, una cantidad saludable de ansiedad otorga algún valor de supervivencia.